2022/01/15

La mayor burbuja de la historia de la humanidad explotará...

El año 2021 comenzó con dos riesgos a la baja para la economía mundial: el de la inflación y el de la mutación de una crisis de naturaleza económica hacia una crisis financiera/bancaria.


Algunos analistas lo advertimos públicamente, lean y nos tildaron de catastrofistas. Hoy el nivel general de precios está subiendo al 7% notablemente por encima de la media europea y las turbulencias financieras ya forman parte de las declaraciones públicas de varios organismos internacionales y lo que es más importante, de los indicadores de riesgo y actividad financiera. Hace unas semanas fue el FMI quien comenzó a alertar sobre la situación. Esta misma semana ya es el BCE quien, abiertamente, habla sobre «exuberancia», esto es, indicios de una burbuja que está a punto de explotar, en vivienda, materia primas, suministros, deuda y criptoactivos, etc.

Para que el lector se haga una panorámica de la situación, la crisis de 2008, fue una situación de shock en el mercado de la vivienda producida ppor la bancarrota de Lehman Brothers y agravada por un elevado endeudamiento de las familias y las constructoras. Ahora en 2022, estamos hablando no solo de un problema en el mercado de la vivienda, que de facto, ya ha explotado en China tambien, con Evergrande Group, sino que, también y esto es muy importante saberlo, sean los posibles problemas de solvencia en el sector empresarial y en el sector público. Los criptoactivos, a mi entender, a día de hoy es un segmento de nicho en el que, de haber efectos sistémicos, serían de segunda vuelta.

Lo que es evidente es que los indicadores de riesgo financiero, incluso a pesar de la sedación a los que los hemos estado sometiendo durante los últimos años, están al alza y los riesgos se multiplican. 

Una situación que, además, es especialmente preocupante, en un entorno de estímulos económicos a niveles históricamente altos y programas de moratoria de deudas, que están tapando buena parte de los problemas de solvencia en el sector empresarial, pero no los eliminan, simplemente, estan barriendo debajo de la alfombra. A sabiendas de ello, se torna especialmente preocupante, en un contexto de clara debilidad en la recuperación económica y de lo que ha arrojado en terminos objetivos la pandemia, tanto en Europa como en USA. 

La situación empresarial en Europa es muy delicada. En el último año hemos pasado de un encefalograma plano, baja creación empresarial pero también, bajo impacto en términos de solvencia empresarial, al otro extremo, especialmente en algunos sectores. Concretamente, los sectores asociados con el turismo y con la comida están experimentando una explosión de bancarrotas y apenas nuevas aperturas. Otros, como el transporte o la educación tienen índices de movilidad mucho mayores.

Por lo tanto, una vuelta a las restricciones tras el soplo de confianza que han concedido los agentes privados al sector público, sería no solo un revés del que difícilmente se podría recuperar la economía, especialmente la europea, si no también y esto es muy importante, no haber aprendido nada de ello.

En este contexto de máxima incertidumbre, los países más vulnerables son los que más tienen que perder y los primeros que lanzan señales de aviso, como es el caso de España. En este ultimo mes, hemos visto tres indicadores especialmente preocupantes:

1) Los créditos Target 2, en vigilancia especial por llevar 30 días impagados, se han incrementado un 23% en el último año.

2) En los primeros 10 meses de 2021, las quiebras empresariales se han disparado un 50%, pese a la moratoria aprobada para los créditos ICO.

3) Y la deuda española en manos del BCE ya supera el 50% del PBI. Concretamente, ya hay 400.000 millones de euros de los 1,4 billones de deuda pública que mantiene España en los mercados financieros internacionales. O dicho de otra manera: el tamaño de España, en el balance del BCE se acerca peligrosamente al límite, que tiene por estatutos y seguimos sin conocer la situación de demanda real en los mercados financieros.

El incremento de los tipos de interés exigido a empresas y la reducción de crédito bancario ya lleva muchos meses siendo una señal de España. Habian ciertas dudas, si era por una situación de falta de demanda solvente o de falta de oferta. Por el momento, parece ser, que esta en el primer escenario, aunque del primero al segundo solo hace falta que algunos de los indicadores que arriba les acabo de señalar y estos hagan aún más acto de presencia.

Esta situación, además, no se produce sólo en España. Incluso en USA, una de las economías que primero recuperó los niveles de PBI, ocurrio durante la administracion Trump de precrisis y el pais que mejor ha gestionado la recuperación, también ahora, en la era Biden, se está dando una situación totalmente contraria, de un empeoramiento sistematico de la situación financiera para el segmento empresas. Prueba de ello es el incremento de rentabilidad exigida a los bonos considerados solventes (investment grade), que ya ha escalado demasiado alto, a junio de 2020.

Resumiendo, las grandes economías continúan mirando hacia otro lado ante el enorme problema que se está acumulando en el sector financiero. Como ya vimos no ha explotado en 2021, la mayor burbuja de nuestra historia, pero antes o después lo hará. Y, cuando esto ocurra, las consecuencias serán peores cuanto más tiempo pase. Mientras sigamos fiando todo a la labor de los bancos centrales y a maquillar la situación con indicadores a la carta, estaremos ahondando en la próxima crisis.

El tamaño del agujero es difícilmente predecible, aunque sí que tenemos pistas. Según McKinsey, de entre 2000 a 2020 se han sumado dos veces la deuda y cuatro veces más de pasivos por cada dólar de nueva inversión neta. Y, en este contexto, todo el planeta, estan esperando la llegada de la tormenta. 

Alejandro O. Asharabed Trucido

+54911 5665 60608
Buenos Aires, January 16, 2022

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